MI VOZ ESCRITA, Por Jorge Herrera
La salida del Poder de Danilo Medina Sánchez y compartes en esa asociación de malandrines que ya denuncié, es más que una necesidad; es la razón del imperioso deber que tiene la sociedad dominicana de evitar que el sistema de partidos y agrupaciones políticos colapse en forma definitiva; porque, entonces, no sería el caos total lo que le sobre vendría al país sino la anarquía.
En la psique del ciudadano ordinario, el de a pie, sobre todo si es dominicano, se ha arraigado la creencia de que “lo que más se parece a Dios, es un presidente”. Nada más alejado de la verdad. Si así fuera, el Divino Creador se negara a sí mismo, abjurara de ser justo. Y eso, ¿se atreve alguien a pensarlo?…
¿Cuál gobernante sin reparar en el sistema político imperante durante su ejercicio, registra la historia como verdaderamente justo? ¡Ninguno! Paradójicamente, quien más cerca estuvo del concepto fue Harry S. Truman, y utilizó el eufemismo “fair deal”, es decir, trato justo.
Sin embargo, su trato fue “tan justo” que aún al día de hoy, el número de las víctimas a causa de las explosiones y de las radiaciones provocadas por las bombas de hidrógeno “litle boy” en Hiroshima el día 6 de agosto y la “fat man” el 9 del mismo mes en Nagasaki, no se puede cuantificar.
La gente sana que gravita y aporta al ejercicio decente de la política en estos dos tercios de la isla La Hispaniola, tiene que hacer conciencia sobre su responsabilidad en este atípico y, a lo peor, peligroso proceso electoral. Ya no se trata, como se creyó, de un proyecto dictatorial de partido. Eso no llena las expectativas ni la ambición de Danilo. Eso es “demasiado poco” para él.
La intención de este sujeto es perpetuarse en el Poder hasta el fin de sus días. Más allá de Trujillo. El que a estas alturas no se haya percatado de los tejemanejes danilistas para cristalizar ese propósito con arrogancia, desfachatez y petulancia incluidas, es un cretino pluscuamperfecto.
Independientemente de los beneficios propios que reporta el ejercicio presidencial y los colaterales (concusión, tráfico de influencia, etc.), en la actualidad lo que más le interesa al presidente reeleccionista, es demostrarle al doctor Leonel Fernández y a sus socios vinchistas que él es quien manda.
Que le vaya bien; ya, eso, es otra cosa…